Más allá de ser considerada por muchos como la capital del mundo, New York deja descubrir en su arquitectura y en sus espacios verdes algo nuevo. Esta ciudad que, ante el espacio limitado, debió crecer hacia arriba, permite ver a la sombra de sus rascacielos una Manhattan encantadora, distinguida y bohemia.
Algunos tramos de sus calles son imperdibles. En Greenwich Village, o simplemente “the Village”, están Minetta Street, West 10th Street y, al fondo de un frondoso jardín, Grove Court. Estas seis casas de mediados del siglo XIX, que originariamente pertenecieron a gente muy humilde, hoy son exclusivas y caras.
A unas cuadras de allí, de la misma época y en la misma situación que las anteriores, están las quince residencias de St. Luke’s Place, tal vez más conocidas por haber aparecidas en films y series de televisión. Al lado de Greenwich Village está Soho, con la mayor concentración de arquitectura en hierro colado del mundo y que es la zona donde nacieron los “lofts”.
Para retomar esa paz que pareciera increíble en Manhattan, hay que darse una vuelta por East 19th St., en Gramercy, y ver la magnífica restauración que se ha hecho de ese sector de casas de 1920 llamada Block Beautiful. Pero si algo caracteriza esta zona es Gramercy Park.
Gramercy Park es un pequeño parque privado, situado en el barrio de Gramercy, al sur del distrito de Manhattan, entre las calles 20 y 21 y sobre el extremo sur de la avenida Lexington. Este parque es privado y accesible sólo a los residentes de la zona que abonan anualmente una cuota para su mantenimiento y su uso particular. Junto a Sunnyside Gardens Park, en Queens, constituyen los dos únicos parques privados de la ciudad. Gramercy Park, de casi una hectárea de superficie, se abre al público en general sólo una vez al año.
Pero volviendo a sus calles hay unas cuantas más que figuran entre las imperdibles: Riverside Drive en Upper West Side; Henderson Place en Upper East Side; Stuyvesant Street en East Village; Fuller Place en Windsor Terrace; y Cranberry St, Grace Court Alley y Joralemon St en Brooklyn Heights en otras muchas.
Como se verá ante tantos rascacielos, a veces vale la pena perderse entre sus encantadoras calles. Así es New York.